
Escúchame cuando te miro. Mírame cuando te huelo. Huéleme cuando te grito ¿Han dejado de ver tus orejas? ¿Ya no escucha tu boca? Se han cansado de hablar tus ojos, como tus caricias, ahora son mudos, como tus labios, ahora son sordos. Qué bien mordías con tus ojos, qué bien tocabas con tus dientes. Y tus manos, qué bien comían. Y ahora callas. Todo tú es silencio.